Bacon suena a comida, para los eruditos también sonará a arte, a pintura más concretamente, pero Bacon como apellido, también nos debería sonar a fotografía. Antoinette Frissell Bacon, más conocida como Toni Frissell, revolucionó el mundo de la fotografía en el siglo XX por sus sesiones de moda y por su trabajo como fotoperiodista en la Segunda Guerra Mundial.
Frescura y versatilidad
Comenzó a disparar (fotografías) gracias a su hermano, el productor de documentales Varik Frissell, pero no se dedicó profesionalmente a ello hasta los años 30, momento en el que comenzó una exitosa carrera en el mundo de la moda. Es habitual ver sus trabajos en Vogue o Harper’s Bazaar, algunas de las revistas más influyentes dentro del sector de la belleza. Frissell revolucionó el sector con sus originales puestas en escena, ya que hasta el momento, las sesiones se hacían habitualmente en interiores.
Después de una década dorada, decidió abandonar el elegante y delicado mundo de la moda para adentrarse en la crueldad y barbarie de la guerra. Quería demostrarse que servía para algo más.
Perfil transgresor
Frissell se trasladó a Europa en 1941 como fotógrafa voluntaria de la Cruz Roja para vivir y retratar la ruda realidad de las enfermeras, de los soldados y de la sociedad, principalmente de mujeres y niños, durante la Segunda Guerra Mundial.
En este caso, aunque no en cabeceras de renombre, sus trabajos se publicaron en panfletos que sirvieron de propaganda militar a favor de las mujeres y en contra del racismo del ejército americano.
Tras su vuelta a su América natal continuó vinculada a la fotografía social y a los retratos.
Dentro de su multifacético perfil, Toni Frissell volvió a sorprender en los 50 cuando regresó al glamour para fotografiar a famosos como Winston Churchill, Eleanor Roosevelt y John F. Kennedy, entre otros y cuando comenzó a trabajar para la revista Sports Illustrated, convirtiéndose en la primera mujer fotógrafo de un medio deportivo.
Aparte de sus geniales fotografías, no es fácil conocer mucho más de su vida. A diferencia de otros, no posee una web oficial. Pero si os interesa su historia, quizá os apetezca leer el libro “Toni Frissell: Photographs 1933-1967” escrito por Sidney Stafford.